
El menor, identificado como David Alexis Gómez, había ingresado al nosocomio el domingo pasado tras descompensarse como consecuencia de una cirugía reciente por quistes en sus pulmones. Luego del control postoperatorio, quedó en la sala verde, donde recibía atención especial por la delicada situación clínica que atravesaba.
Según relatan los familiares, el miércoles por la tarde un enfermero residente —identificado como Fabián Solano— habría administrado, por error, 60 ml de leche directamente en su torrente sanguíneo mediante una sonda intravenosa. El hecho fue advertido por la madre del niño, quien notó que el suero contenía un líquido blanco e inmediatamente pidió que fuera retirado. Lamentablemente, la mayor parte del contenido ya había ingresado al organismo del bebé.
Estado crítico y consecuencias inciertas
El suministro de leche en vena produjo un cuadro de extrema gravedad. Los allegados informaron que el líquido habría alcanzado órganos vitales, incluyendo el cerebro, lo cual pone en riesgo la vida del pequeño David. Al cierre de esta edición, el estado del bebé es reservado, y los médicos no logran estabilizarlo pese a los esfuerzos.
“Pedimos una cadena de oración para que ocurra un milagro. No entendemos cómo pudo pasar algo así”, expresó un familiar del niño en redes sociales.
Silencio institucional y detención del enfermero
Hasta el momento, la dirección del Hospital Materno Infantil no ha emitido ningún comunicado oficial respecto al episodio ni ha brindado explicaciones sobre las medidas adoptadas contra el personal involucrado. Sin embargo, trascendió que el enfermero fue inicialmente enviado a su domicilio sin exámenes toxicológicos y, horas después, detenido por orden de la Fiscalía actuante, que ya tomó intervención en el caso tras recibir la denuncia del directorio del hospital.
Exigen justicia y respuestas
La familia exige que el hecho sea investigado hasta las últimas consecuencias y que se determinen no sólo las responsabilidades individuales, sino también las fallas del sistema de control interno que permitieron una situación de esta magnitud.
Este caso, que ya conmociona a la opinión pública, reabre el debate sobre los protocolos de atención en áreas sensibles como cuidados intensivos pediátricos, y la urgente necesidad de controles más rigurosos para evitar que errores humanos se transformen en tragedias.