
Es que los avances científicos y tecnológicos lo hicieron nuevamente y un estudio modificó –o busca modificar– una creencia que teníamos arraigada desde hace décadas. Los investigadores consideran que la temperatura corporal normal podría ya no ser de 36.6 grados.
Si hasta hoy todo parecía en orden al obtener un perfecto 36.6 en el termómetro, la Universidad de Stanford parece haber derribado esa referencia. La especialista Julie Parsonnet, de la Academia Nacional de Medicina de los Estados Unidos es una de las profesionales que considera que la temperatura corporal media disminuyó.
Una persona saludable puede tener una temperatura de un amplio rango: entre 36.1 y 37.2 grados. A partir de ese punto ya se empezaría a considerar febrícula o fiebre leve. Si, en cambio, supera ese umbral y asciende a más de 38 grados, ya se considera fiebre, que suele estar acompañada por dolor corporal y escalofríos.
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