
Pachamama, madre tierra
¡Kusilla! ¡Kusilla!
De nuevo, como siempre,
bajo el sol de agosto
estoy postrado ante ti
ofreciéndote con mis manos
vinos de las uvas de tu parral
y granos de las cosechas de tu maizal.
Pidiéndote a cambio
salud y prosperidad
por los míos y
por los tuyos.
Pachamama, madre tierra
¡Kusilla! ¡Kusilla!
De rodillas te imploro
que cuando muera
mi humilde esencia
sea agua de manantial que calma tu sed,
surco que riega tus frutales,
cálida luz del sol que ilumina el día,
aire que oxigena al mundo.
Y deja que mi cuerpo
Pachamama, madre tierra,
sea otra vez
en tu florido universo
fértil abono de plantas
porque de la tierra vengo
y a la tierra voy.