
Este martes 1 de noviembre se conmemora el Día de Todos los Santos, una festividad previa al Día de los Fieles Difuntos que reúne mucha convocatoria en la provincia de Jujuy por parte de miles de fieles que celebran ambas fechas a pura tradición, con ofrendas, yendo a la misa y recordando a los que partieron.
Hay mucha gente que empieza a preparar la mesa un día antes, el 31 de octubre, y le coloca las tradicionales ofrendas, comidas, bebidas, fotografías, flores y otros detalles como la cruz y la escalera.
«Es un día especial porque celebramos a todos los santos, no solamente los que están en los altares como San Expedito, San Agustín, Santa Cecilia u otros. Sino también que lo hacemos con nuestros seres queridos porque al estar en el purgatorio ya son santos».

Asimismo destacó que le recomienda a las personas ir a misa y rezar frente a la mesa para esperar a las almas, «es una linda conmemoración, una invitación que hace la iglesia a rezar por nuestros hermanos que partieron a la casa de Dios o están purgando sus pecados para pasar a la santidad. Hoy es un día de gozo».
En ese sentido, destaca que se «invita a la gente a que siga armando las ofrendas que es algo que se va perdiendo y dejando. Solo es cuestión de tener ganas, compartir con la familia y rezar por nuestros fieles difuntos».

Asueto solamente el Jueves 2
El Gobierno de la provincia de Jujuy confirmó que el día jueves 2 de noviembre, en donde se conmemora a los Fieles Difuntos, será declarado asueto escolar y administrativo. Por ende no habrá actividades en estos sectores a fin de que las familias puedan acercarse hacia los cementerios a honrar a las personas que ya no se encuentran en este mundo.
¿Por qué se celebra el Día de Todos los Santos?
La iglesia primitiva solía celebrar el día de la muerte de un mártir que dio su vida por la obra de Dios.
Pero con el paso del tiempo y sobre todo después de la Persecución de Diocleciano, conocida también como la Gran Persecución, donde un inmenso número de cristianos murieron a manos del ejército romano, la Iglesia tuvo que agrupar a sus mártires en una sola festividad.
La primera celebración de un día para Todos los Santos se remonta a Antioquía en el domingo antes de las fiestas de Pentecostés durante las pascuas. Otra mención de un día común para rendir homenaje a los santos, se nombra en el sermón de San Efrén el Sirio que data del año 373, pero en este solo a los mártires y a San Juan Bautista.
No sería hasta el año 731 que el Papa Gregorio III, consagraría la Basílica de San Pedro a todos los santos y establecería la festividad el 1 de noviembre.
