
Fin del ciclo de Miguel Ángel Russo en Boca: un regreso que no cumplió las expectativas.
El tercer ciclo de Miguel Ángel Russo como director técnico de Boca Juniors parece haber llegado a su fin. Lo que comenzó en junio de 2025 como un regreso cargado de ilusión y recuerdos de glorias pasadas, terminó convirtiéndose en un período marcado por la irregularidad, la falta de resultados y un clima interno cada vez más tenso.
Una racha que golpeó fuerte
El equipo xeneize acumula más de 11 partidos sin conocer la victoria, la peor seguidilla negativa de su historia reciente. Pese a incorporaciones de renombre como Leandro Paredes, el rendimiento futbolístico no mejoró y la falta de gol, sumada a errores defensivos, profundizó la crisis.
Decisiones drásticas y ruptura interna
En medio de la tormenta, Russo decidió separar del plantel a Marcos Rojo, Cristian Lema y Marcelo Saracchi, quienes ya no entrenan junto al resto del equipo. La medida fue interpretada como una señal de ruptura en el vestuario y de que el DT había perdido parte del control del grupo.
A esto se sumó la disolución del Consejo de Fútbol, órgano que había acompañado la gestión, y que dejó al entrenador con un margen institucional más reducido.
La presión de los hinchas y el club
En las tribunas y en las redes sociales, la hinchada xeneize dejó claro su malestar. El histórico técnico, recordado por la Copa Libertadores 2007 y la Liga 2020-21, ya no logra sostener el respaldo que supo tener.
La dirigencia, encabezada por Juan Román Riquelme, evalúa alternativas para conducir al equipo en lo que resta de la temporada.
Conclusión
El ciclo de Miguel Ángel Russo llegó sin duda a un punto de quiebre. Su experiencia y pasado glorioso no alcanzaron para revertir un presente preocupante. La frase que circula entre los hinchas lo resume todo:
«Andá a descansar, Rusito. Dejá de renegar con estos troncos».
Ahora, Boca deberá mirar hacia adelante y encontrar un proyecto que devuelva al equipo su competitividad y su identidad futbolística.