
No es una escena de comedia, aunque lo parezca. El presidente Javier Milei y su hermana Karina protagonizaron un momento insólito en la Quinta de Olivos cuando solicitaron —y consiguieron— que la Banda Militar del Regimiento de Granaderos a Caballo interprete nada menos que la canción de Rocky, la clásica “Gonna Fly Now”, para ellos.
El momento fue filmado y difundido, y no tardó en volverse viral. Uniformados, instrumentos en mano, y la música épica sonando como si el país estuviera en medio de una remontada hollywoodense. Pero no: es sólo el nuevo capítulo del show presidencial, con ribetes de reality político.
¿Apología de la épica o banalización del rol militar?
En tiempos donde el ajuste golpea fuerte, la inflación no da tregua y los sectores más vulnerables claman por respuestas, el presidente elige la épica del boxeador cinematográfico para ponerle banda sonora a su gestión. La escena no tardó en levantar polvareda: ¿es este el uso que debe tener una institución militar histórica como los Granaderos?
La imagen de los uniformados tocando para el entretenimiento personal del mandatario y su hermana fue leída por muchos como una muestra más del culto a la personalidad que construye Milei. Para otros, simplemente, un bochorno institucional.

Las redes explotaron:
— “¿Estamos en un acto presidencial o en un casting de ShowMatch?”
— “¿Quién le dice que no al jefe de Estado que se cree Rocky Balboa?”
Entre el símbolo y la puesta en escena
Vale recordar que los Granaderos a Caballo son parte de la custodia presidencial, pero también símbolo patrio e histórico del país, fundados por el mismísimo General San Martín. ¿Qué diría el Libertador si viera esto?
El gobierno, hasta ahora, no emitió ninguna explicación oficial sobre la escena. Pero como ocurre cada vez más seguido, el mensaje no necesita voceros: ya lo dice el video, el uniforme y la trompeta. Y claro, la épica impostada que pretende instalarse como relato.
Mientras tanto, en la Argentina real, los verdaderos combates siguen: pobreza, desocupación, crisis habitacional y un ajuste que no se detiene. Pero en la Quinta… suena Rocky.