
«Siento que el aire fresco invade mis pulmones y oxigena mi cuerpo, siento que la vida otra vez me acaricia el alma. Escucho el reir de los niños coreados por melodías de pájaros. Abro los ojos, veo paredes blancas y libros a mi alrededor y la luz que ilumina mi ser me despierta por completo, me alegra, me inspira y me avisa que estoy vivo.»

El último día de letras llegó, es jueves 25 de septiembre; estamos nosotros, los señores escritores, en horas de la mañana, mirando impresionados a la iglesia de Sacaba (en castellano: lugar de salida o tránsito), la visitamos y se observa las mismas características arquitectónicas de la iglesia del Municipio de Tarata, sacamos unas fotos.

Hacemos lo mismo en su plaza central, en cuyo centro, en un monumento, lucen tres caballitos blancos y el cuarto vuela en nuestra imaginación por habérseles «escapado».

Luego, con Rigucho como guía turístico, quien al presentarse dijo:

-En castellano soy «Gregorio», en la historia «Gregoriano», en Inglés «Gregory», (en Argentina: Goyo) y cuando alza pesas soy «Mac Gregor»…
…visitamos el Museo del maíz en Tutimayo, en donde descansan para muestra: un molino de maíz, espantapájaros, maquetas e información sobre la historia del maíz.

Para refrescar el alma: un plato típico de la región. En unas pequeñas cuencas nos convidan mote hervido con queso de cabra y un dulce jugo de maíz.

Ya en el centro cultural del Municipio de Sacaba, al mismo tiempo que una pareja de jóvenes baila una cueca para deleite de todos, aprovechamos, el almuerzo, para seguir confraternizando.

Y el tiempo se nos escapa como agua entre los dedos de las manos. En un abrir y cerrar de ojos, en horas de la tarde, con nuestro guía, disfrutamos con otros escritores las maravillas que hay en el Parque de dinosaurios, solo es un momento, porque en horas de la noche, la cena nos espera.

En la cena, que se llevó a cabo en el Hotel Cesar Plaza de la ciudad de Cochabamba, degustamos la gastronomía que amablemente se nos ofrece, la atención brindada es de primera. Y en ese sublime acto prometemos -sin pensar si Dios así lo quiere- en volver a vernos.

Previa entrega de certificados de reconocimiento por la activa participación en el VII Congreso Latinoamericano de Escritores, Poetas y Artistas «Uniendo Fronteras», el Dr. Jaime Flores, como siempre, con la amabilidad que lo caracteriza, nos agradece y despide por haber visitado Cochabamba.

Es hora de regresar a casa. Tarea cumplida.
A Cochabamba, la ciudad de las heroínas de la Coronilla, de las cholas y próceres, a su gente les doy las gracias por la cortesía y respeto que me brindaron en todo momento.
«Para ser respetado, primero hay que saber respetar»
-Daniel Ruiz-