
El macabro hallazgo tuvo lugar en el 3°B de un edificio ubicado en calle Buenos Aires 315, donde cumplía prisión domiciliaria el expolicía Horacio Grasso.
La víctima es Milagros Micaela Bastos, una joven de 22 años que había sido vista por última vez en diciembre de 2024 en el barrio Bajo Pueyrredón. Su familia había denunciado su desaparición en aquel momento, pero hasta ahora su paradero era un misterio.
Milagros era de contextura delgada, medía 1,60 metros, tenía el cabello corto negro, ojos verdes y un piercing en el lado izquierdo de la nariz, y vivía en condiciones vulnerables. La confirmación de su identidad cierra una búsqueda de casi ocho meses, aunque la investigación continúa para esclarecer las circunstancias de su muerte.