
Este sorprendente caso no solo marca un récord histórico en la medicina reproductiva, sino que también abre un nuevo capítulo en la investigación sobre la viabilidad de embriones conservados a largo plazo. El récord anterior correspondía a unos gemelos nacidos en 2022 en Estados Unidos a partir de embriones congelados en 1992, lo que hace aún más significativa esta nueva hazaña.
El embrión que dio origen a Thaddeus fue concebido originalmente mediante fecundación in vitro por Linda Archerd y su entonces esposo. Tras tener una hija con éxito, los otros tres embriones quedaron almacenados en criopreservación. Años más tarde, ya divorciada y tras su menopausia, Linda donó esos embriones a través del programa Snowflakes, un servicio que conecta embriones no usados con familias adoptivas bajo criterios religiosos y culturales.
En noviembre de 2024, Lindsey Pierce, quien junto a su esposo Tim llevaba siete años intentando concebir sin éxito, recibió la transferencia del embrión que permaneció congelado durante 11.148 días —más de tres décadas— hasta lograr el embarazo.
El Dr. John David Gordon, endocrinólogo reproductivo y director de la clínica Rejoice Fertility en Tennessee, que llevó adelante el procedimiento, destaca la importancia de este caso: “Cada embrión merece una oportunidad de vida”. Su clínica se especializa en embriones antiguos que otras instituciones rechazan, enfatizando el valor humano y ético del tratamiento.
Lindsey Pierce comentó emocionada: “No entramos en esto pensando en batir récords, solo queríamos tener un bebé”. Sobre Thaddeus dijo que es “muy tranquilo” y que tanto ella como el bebé están “muy bien” tras un nacimiento que requirió atención especial. Por su parte, Linda Archerd, la donante, reconoció que Thaddeus se parece mucho a su hija mayor y afirmó con emoción que “no hay duda de que son hermanos”.
Este caso representa un avance crucial en las técnicas de fertilización asistida y criopreservación, que han demostrado que el tiempo de almacenamiento no afecta la salud o viabilidad del embrión cuando los procesos se realizan correctamente.
Sin embargo, también reabre debates éticos, legales y sociales acerca del almacenamiento prolongado de embriones, los derechos de los embriones y las políticas de adopción embrionaria, especialmente en países como Estados Unidos donde se estima que hay más de 1,5 millones de embriones congelados sin uso.
En definitiva, la historia de Thaddeus es un símbolo de esperanza para muchas parejas, un testimonio del progreso científico y un llamado a reflexionar sobre el futuro de la reproducción asistida.