
Una tregua en dos fases
Según lo informado por Trump, el acuerdo contempla una tregua escalonada que se implementará en dos fases durante un período de 24 horas:
- En la primera etapa, Irán cesaría sus ataques en un plazo de seis horas desde el anuncio.
- En la segunda etapa, Israel suspendería sus operaciones ofensivas 12 horas después.
Al culminar este proceso, el conflicto quedaría oficialmente finalizado. Trump afirmó que este esquema busca garantizar una salida progresiva de la confrontación, evitando reacciones inmediatas que puedan poner en riesgo la estabilidad del acuerdo.
Un conflicto breve, pero de alta tensión
La llamada “Guerra de los 12 días” se caracterizó por una peligrosa escalada entre las potencias del Medio Oriente y el involucramiento de actores internacionales. El punto de quiebre se produjo tras bombardeos de Estados Unidos contra instalaciones nucleares iraníes en Fordow, Natanz e Isfahán, en respuesta a reportes de desarrollo armamentístico encubierto.
Como represalia, Irán lanzó una ofensiva con misiles balísticos contra una base militar estadounidense en Qatar, aumentando la tensión a niveles preocupantes para la seguridad regional y global.
Trump se adjudica el logro diplomático
Durante su anuncio, Trump calificó el acuerdo como un “triunfo de la diplomacia”, elogiando a ambas partes por su “resistencia, coraje e inteligencia” al priorizar la paz sobre la continuación del conflicto.
“Hoy el mundo es un poco más seguro”, afirmó en un mensaje transmitido desde su residencia en Florida.
Sin embargo, ni Israel ni Irán han emitido confirmaciones oficiales sobre este supuesto alto al fuego, lo que genera incertidumbre en la comunidad internacional. Tampoco hubo respuestas inmediatas por parte del Departamento de Estado estadounidense ni de la ONU.
Persiste la cautela internacional
Diversos analistas advierten que, si bien el anuncio puede tener peso simbólico, la falta de ratificación oficial de ambas naciones genera dudas sobre su implementación real. Asimismo, se desconoce si hubo mediación oficial por parte de Estados Unidos o de algún organismo multilateral.
Por ahora, el mundo espera —con esperanza pero también con prudencia— que este sea un paso hacia la desescalada del conflicto y la reconstrucción del diálogo en una de las regiones más volátiles del planeta.