
El coquena de uniforme azul
Este relato que voy a contarles es de un hecho que sucedió hace un tiempo atrás en un lugar llamado Rinconada, es decir en plena Puna jujeña, tierra inhóspita, solo habitada por la soledad y el lamentoso paso del viento, en donde el silencio envuelto de misterio y magia juega con lo real y lo irreal haciendo mágico al lugar.
Hace mucho, no tanto, en una atardecer de rojizo cielo, Germán, un joven oficial de policía, parado cerca del mástil de la Comisaría Seccional 19 de Rinconada, miraba extasiado al horizonte de la Puna, lo infinito que este era y como unas vicuñas, arriadas por un changuito, desaparecían en él.
Después, la noche, el silencio, las estrellas en el cielo y las líneas fugaces que surcan el universo, lo atrapan y le invitan a soñar con las vicuñas, en aventurarse a lo desconocido, a lo prohibido, en querer atraparlas.
Para ello solo debe esperar unos días, hasta que el relevo llegue.
El esperado día llegó, hecho el relevo, Germán con un sargento y un cabo, en horas de la mañana, se preparan para ir de caza hacia lo desconocido.
Y ahí iban los tres, pisando esa tierra olvidada por el hombre, trepando laderas de tolas, esquivando socavones de oro, nadie, ni el viento, ni la sombra del vuelo del majestuoso cóndor podían detenerlos. ¡¡Quiénes como ellos!! ¡¡Jóvenes aventureros tratando de cazar lo fantástico, lo imposible!!
Caminan por lo desconocido toda la mañana, y parte de la tarde, hasta que llegan a un gran llano.
A los lejos, bien lejos, en ese mismo llano, ven que sobresale un pedregal, en donde una de las piedras era inmensa, dan unos pasos hacia adelante, se refregan los ojos y logran ver a 9 vicuñitas, las cuales caminan cerca del pedregal, pero para hacerles disparos con los rifles todavía están muy lejos.
Así que sin dejar de observarlas, caminan un trecho y se dan cuenta que en vez de 9 hay 7 vicuñitas, se acercan otro poco y notan que ya no hay 7 vicuñas, ahora hay 5, luego pasan a ser 3.
Pese a que de las 9 vicuñitas solo quedaban
3, siguien avanzando y cuando están a tiro, los cazadores no pudieron halar el gatillo porque inexplicablemente quedaron inmóviles, estando quietos un frío les recorrió por las espaldas hasta las nucas, los bellos de la piel se les erizaron, se miraron de reojo y cuando volvieron la vista hacia el pedregal, al frente de ellos solo quedó una pequeña vicuña, la cual, ante los ojos de los caminantes, gallardamente pegó un salto hacia la roca más grande y desapareció en ella.
De repente los señores cazadores pudieron moverse. No podían creer lo que habían visto, menos el novel oficial, quien curioso, se acercó a la gran roca, la tocó y también desapareció en ella.
Tremendo susto se pegaron sus compañeros de aventura, quienes huyeron del misterioso lugar para dar a conocer a sus pares el increíble suceso.
Cuando volvieron, el pedregal ya no estaba, la planicie de la Puna, al igual que a Germán, se los había devorado.
Hoy en día, en los atardeceres de rojizo cielo, al pie del lejano horizonte de la Puna, se suele ver a un changuito, con un gran sombrero en la cabeza, que alegremente juega entre las patas de unas vicuñas, vestido de uniforme azul.
¡Tal vez! ¡Sí! ¡Tal vez! sabiendo la Madre naturaleza del trágico final que le deparaba el destino, se llevó a Germán solo para cuidarlo.
FIN
Dedicado al oficial de policía Germán Valdez. Quien hoy descansa en los brazos de Dios.

Daniel Guido Ruiz nació en 1.969 en San Pedro de Jujuy; cursó sus estudios primarios en la escuela 235 «Provincia de Chubut» de la localidad de Yala y los secundarios en la escuela Normal «Juan Ignacio Gorriti» de San Salvador de Jujuy.
En 1.991 ingresó a la escuela de oficiales de la policía de la provincia de Jujuy.
Cumplido sus 30 años de servicio hoy en día disfruta de su retiro en el pueblo de Yala, escribe cuentos, poesías y vivencias inspiradas en sus dos lugares de crianza: Yala y El Palmar.
Es socio de SADE filial Jujuy.
Autor de las obras literarias: «Érase una vez en Yala y el Palmar», «Sueños», «Sofía de la Montaña en Yala», «Sofía de la Montaña en El Palmar», «Cazador de Sueños» y «Por las sendas de El Palmar».
Participó en las siguientes Antologías literarias:»Carnaval», «Máscaras», «Hilar palabras, tejer saberes » y «Vuelos de Paz».

13 de junio – Día del Escritor en Argentina: un homenaje a la palabra y al pensamiento
Cada 13 de junio en Argentina se celebra el Día del Escritor, una fecha que rinde homenaje a quienes hacen de la palabra escrita una herramienta de reflexión, creación y transformación cultural.
¿Por qué se conmemora en esta fecha? Porque ese día, en 1874, nació el gran Leopoldo Lugones, uno de los autores más influyentes de la literatura nacional.
¿Quién fue Leopoldo Lugones?
Lugones fue un poeta, ensayista, narrador y periodista argentino nacido en Villa de María del Río Seco, provincia de Córdoba. Es considerado el precursor del modernismo literario en el país y un pilar en la evolución de las letras nacionales.
Su obra abarcó todos los géneros y marcó a generaciones enteras de escritores. Entre sus libros más destacados se encuentran “Las montañas del oro”, “El payador” y “Las fuerzas extrañas”. Además, fue fundador de instituciones clave como la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).
Una fecha para celebrar a todos los escritores
Este día fue establecido por la SADE en 1928, como una forma de reconocer el legado de Lugones y, al mismo tiempo, poner en valor el rol del escritor argentino en la sociedad.
Los escritores son voz, memoria, crítica y arte. Son quienes con su pluma nos invitan a pensar, soñar y sentir. Desde novelas hasta crónicas, desde poesía hasta ensayo, sus obras atraviesan el tiempo y nos conectan con nuestra identidad.
Desde Radio Yala 105.3 y Portal del Norte Jujuy…
Hoy saludamos con orgullo a todos los escritores jujeños y argentinos.
A los que publican libros, a los que escriben en diarios, blogs, redes o cuadernos.
A los que inspiran con cada palabra, con cada verso y con cada historia.
¡Feliz Día del Escritor!
Porque sin ellos, el mundo sería un lugar sin relatos… y sin alma.