
Por Redacción Radio Yala · Jueves 12 de junio de 2025
En una declaración que ya encendió alarmas en todo el norte argentino, Federico Sturzenegger, uno de los arquitectos intelectuales del plan económico libertario, fue categórico:
«Si La Libertad Avanza llega al poder en La Rioja, vamos a aplicar la motosierra. Tienen más de 30.000 empleados públicos que tienen que quedar afuera.»
El blanco principal: la planta estatal provincial.
El economista aseguró que el objetivo del oficialismo nacional es aplicar la motosierra no solo a nivel Nación, sino también en los Gobiernos provinciales y municipales, bajo la lógica de que el gasto público en todos los niveles “implica impuestos que paga la gente”.
Sturzenegger dejó en claro que no hay sectores intocables:
Administración pública
Salud
Educación
Empleados municipales
Están todos en la mira del ajuste. «Ese gasto público más pequeño implica menos impuestos para la gente», afirmó, fiel al ideario libertario que impulsa una fuerte reducción del Estado.
30.000 familias en La Rioja en riesgo
De concretarse este plan, alrededor de 30 mil trabajadores estatales quedarían desempleados, algo que el propio Sturzenegger no negó, sino que lo presentó como una oportunidad de “reacomodamiento laboral”.
«Tienen que quedar afuera y acomodarse como puedan.»
Pero La Rioja no es la única en la mira.
El mapa del ajuste incluye a Catamarca, Santiago del Estero, Tucumán y Salta, provincias que dependen en gran parte del empleo público para sostener su economía local.
Impacto en el norte argentino
Las declaraciones generan un fuerte revuelo político y social en todo el NOA. Dirigentes sindicales, organizaciones sociales y sectores opositores ya anticipan protestas si se avanza con despidos masivos. También se abre un fuerte debate sobre la sostenibilidad fiscal, el rol del Estado en las provincias y la fragilidad del empleo formal en regiones estructuralmente postergadas.
Mientras tanto, los trabajadores públicos de todo el norte se mantienen en estado de alerta. Lo que se anunció como una “reforma” ya se siente como una advertencia: la motosierra no tiene freno.