
En una jornada electoral marcada por la participación moderada y una fuerte polarización, el Frente Renovador de la Concordia (FRC) logró retener el liderazgo político en la provincia de Misiones, aunque con una diferencia más ajustada que en elecciones anteriores.
Con el 99,2% de las mesas escrutadas, el candidato oficialista Sebastián Macías se impuso con un 42,3% de los votos, superando por menos de 7 puntos a Diego Hartfield, representante de La Libertad Avanza, que sorprendió con un sólido 35,6%, consolidándose como segunda fuerza provincial.
El resultado representa una advertencia para el oficialismo misionero, que si bien logró mantenerse al frente, vio reducido su margen de ventaja en comparación con elecciones previas, donde el FRC solía obtener mayorías cómodas. La creciente presencia del espacio libertario, que capitalizó el voto joven y el descontento económico, marcó un cambio en el panorama político local.
Por su parte, Juntos por el Cambio quedó relegado al tercer lugar con el 15,1%, y el Frente de Todos, prácticamente sin representación, obtuvo un resultado marginal de menos del 5%, confirmando su baja performance en la región.

Un nuevo mapa político en Misiones
La elección dejó en evidencia el avance de los partidos emergentes, y especialmente de La Libertad Avanza, que viene consolidando presencia a nivel nacional. En Misiones, el partido liderado a nivel nacional por Javier Milei logró captar el voto opositor y canalizar el malestar de sectores medios y jóvenes.
En su discurso tras conocerse los resultados, Sebastián Macías agradeció a los votantes y destacó la “madurez democrática del pueblo misionero”. Además, llamó al diálogo y a “seguir construyendo desde el consenso”. Desde el entorno de Hartfield, en tanto, celebraron el crecimiento del espacio y anticiparon que se convertirán en “la oposición real en la provincia”.
Participación y contexto
La participación alcanzó el 68,4% del padrón electoral, un número que, aunque dentro de los promedios provinciales, refleja cierta apatía ciudadana. La elección se desarrolló con normalidad y sin incidentes.
Misiones se convirtió así en una provincia clave para observar el reacomodamiento político nacional, donde el oficialismo logró sostenerse, pero con un escenario más competitivo que anticipa nuevos desafíos de gobernabilidad y representación.
