
Combustibles, alquileres, prepagas, servicios y transporte suben como espuma, mientras el salario sigue estancado en el fondo del termo.
Combustibles: llenar el tanque, un lujo
Desde el 15 de junio, las petroleras aplicarán un nuevo aumento del 4% en las naftas y el gasoil. ¿El resultado? La nafta súper a $192,92 y el gasoil a $205,81. Para muchas familias, ir a trabajar en auto será un lujo. Y ojo, que cuando sube el combustible… sube todo lo demás.
Alquileres al doble: vivir cuesta el doble
Los inquilinos no se salvan. A quienes les toca renovar contrato en junio, les espera un sablazo: aumentos del 100%, según el Índice de Contratos de Locación del Banco Central. Si pagabas $60.000, ahora son $120.000. Vivir dignamente se volvió una carrera de obstáculos.
Prepagas: enfermarse, otro privilegio
Las empresas de medicina prepaga aplican este mes un aumento del 3,9%, sumando un 120% acumulado en lo que va del año. ¿Y la salud pública? Saturada, abandonada. En este país, te duele el cuerpo… pero más te duele pagar el tratamiento.
Transporte: sube el boleto, pero no la frecuencia
En el AMBA, el boleto de colectivo se va a $46,35 y el tren entre $22 y $29. Aumento del 8,6% para un servicio que muchas veces llega tarde, mal o nunca. En las provincias, la situación es aún peor. Viajar para trabajar es cada vez más caro… y más indignante.
Luz, cable e internet: otro sablazo a escondidas
La quita de subsidios ya es un hecho. Los usuarios de mayores ingresos empezarán a pagar tarifa plena de energía eléctrica. Y como si fuera poco, suben también internet, celular y cable un 4,5%, retroactivo a mayo. Cada factura es una piña directa al bolsillo.
¿Dónde están las soluciones?
Junio apenas empieza y ya parece un ring de boxeo. El sueldo no alcanza, los servicios suben, y el pueblo aprieta los dientes para llegar a fin de mes.
Mientras el Gobierno repite discursos de “orden” y “eficiencia”, la única eficiencia que se ve es en ajustar siempre a los mismos.
Y vos, ¿cómo hacés para bancar todo esto?