
Duende protector
Soy una criatura con una estatura de niño y aspecto de viejo, en mi rostro tengo arrugas, uso un gran sombrero para cubrír mis ojos y mi largo y enredado cabello, en mis manos llevo migajas de pan y asombro para dar de comer a los pájaros del monte, no daño a ningún animal, los protejo del mal; por eso espanto los hechizos de las brujas y destruyo toda la magia negra para que no se los coman. Cuando encuentro animales lastimados o abandonados, los llevo a las casas en donde nos dan refugio y algunas monedas.
En la hora de la siesta me encanta jugar con los animales domésticos, saltar con ellos sobre las hojas secas de las plazas y jardines y jugar en charcos de barro, por eso mi ropa siempre está rota y con mal olor.
¿Dónde duermo? Pues en las ramas de los eucaliptos o en dónde me alcance el anochecer.

Evelin Ramos, escritora y dibujante, vive en el barrio de Los Molinos, a las orillas de San Salvador de Jujuy. Frecuente viajera, refleja en su estilo cuentos escondidos detrás de vivencias ocurridas a lo largo de su niñez y adolescencia, quien a sus 31 años lleva a la realidad del lápiz y papel, frescos y simples a los duendes, que son su pasión particular, descubierta entre los bellos paisajes que rodean a la posta sin igual, enclavada entre el gris de la ciudad, y el verde de los cerros que admira con auténtico cariño.