
El encuentro fue en el canal libertario Carajo, durante el programa llamado La Misa, una especie de ceremonia mediática donde el jefe de Estado se mueve con total comodidad, sin preguntas incómodas ni cuestionamientos. Allí, el presidente volvió a arremeter contra el periodismo y dejó una frase que no tardó en encender alarmas:
“Veo que estás ahí con una libreta, ¿tenés los nombres de los periodistas que tengo que meter en cana? ¿Y de los funcionarios que tengo que echar?”, preguntó Milei con tono de broma, pero cargado de mensaje.
Mientras el país espera definiciones sobre leyes clave, Milei sigue alimentando su guerra personal contra los medios críticos, usando espacios amigos donde despliega su show sin filtros. Esta vez, lo hizo en horario nocturno y durante más de seis horas seguidas, algo inédito para un mandatario en ejercicio.
La frase sobre encarcelar periodistas no es menor: se da en un contexto de creciente hostigamiento a la prensa, con escraches desde cuentas oficiales, desmentidas agresivas, y una narrativa que busca desacreditar a todo medio que no repita el discurso oficialista.
Durante el programa, también hubo críticas a funcionarios propios, burlas, promesas teatrales, y hasta chicanas a gobernadores. Todo en un tono distendido, pero sin perder ese filo que lo convirtió en un fenómeno mediático.
Mientras el presidente dedica horas a su estrategia comunicacional en plataformas de nicho, sectores sociales y económicos siguen esperando gestión, diálogo y soluciones. La pregunta sigue flotando en el aire: ¿Quién gobierna mientras Milei streamea?