
Actualmente, los cambistas en la zona están ofreciendo hasta 10,20 bolivianos por cada $1.000 argentinos, una cifra que representa un tipo de cambio más favorable para quienes cruzan desde Argentina.
Este escenario marca un cambio respecto a semanas anteriores, donde el peso argentino se encontraba aún más devaluado frente a la moneda boliviana. Si bien todavía se trata de una cotización baja, el hecho de que haya subido algunos centavos es un indicio de la inestabilidad económica regional.
¿Qué está pasando con el boliviano?
Economistas bolivianos han señalado que el peso boliviano atraviesa una etapa de debilidad, impulsada por la caída en las reservas internacionales del Banco Central de Bolivia y una creciente demanda de dólares en el mercado informal. Esta presión ha generado una pérdida progresiva de valor del boliviano frente a otras monedas, como el peso argentino, que también arrastra su propia crisis.
A esto se suma el aumento de las importaciones informales desde Argentina, lo que genera un flujo constante de pesos argentinos que son rápidamente cambiados en territorio boliviano, donde el boliviano comienza a escasear entre los cambistas.
¿Qué implica esto para los comerciantes fronterizos?
Para quienes viven en las ciudades limítrofes, como Bermejo, Aguas Blancas o Salvador Mazza, esta nueva cotización implica una leve mejora en el poder de compra al cruzar a Bolivia, ya que se puede obtener más moneda boliviana por la misma cantidad de pesos.
Sin embargo, esta situación no deja de ser un síntoma de un problema mayor: la inestabilidad monetaria y la dependencia de mercados informales para sostener economías locales que, en muchos casos, están marcadas por la informalidad y la precariedad laboral.
¿Cuánto es en la práctica?
Con la cotización actual, si alguien cambia $10.000 argentinos en Bermejo, recibirá aproximadamente 102 bolivianos, una suma que alcanza para comprar alimentos, medicamentos o combustibles que muchas veces tienen precios más accesibles que en Argentina.