
Entre otras acciones, los fiscales probaron que proporcionó información reservada de investigaciones judiciales a Guillermo Sosa, quien se encontraba prófugo en la investigación por el homicidio de Nelson Saravia. Pudo acceder a esa información gracias a su pasado como funcionario policial y por los vínculos que tenía con Luciano Arellano, en su momento brigadista de la Unidad de Homicidios de PDI, y ya condenado.
Además, Raffo llevó a cabo gestiones para poder ampliar el dominio territorial de la organización criminal Los Monos, y se le atribuyó haber ayudado a Luciano Arellano sustraerse de las investigaciones y asesorándolo sobre los cuidados que debía guardar él y su grupo familiar.
En ese mismo rol, pero como asistente financiero de la organización, se encargaba de asesorar y proporcionar estrategias para obtener financiación para miembros de la asociación, facilitando el movimiento de dinero a través del cambio de divisas extranjeras y otros negocios comerciales, entre ellos inmobiliarios.