
“Así se encuentran las instalaciones del polideportivo de Yala: paredes húmedas, vidrios rotos en los baños a punto de caerse, peligroso para los niños de la colonia, y encima dos postes de luz rotos apoyados en la pared. La municipalidad no hace nada”, comentó una vecina, sugiriendo la necesidad de mayor atención por parte de la gestión del intendente Santiago Tizón.
El impacto en las instalaciones
Las imágenes muestran baños con vidrios quebrados, paredes con evidente desgaste por humedad y sectores donde las rejas se encuentran desprendidas. Además, los postes de luz señalados en la denuncia se encuentran inclinados y apoyados contra las paredes, lo que genera preocupación por un potencial riesgo estructural.



Respuesta de las autoridades
El ingeniero Rodrigo Cazón, Secretario de Obras y Servicios Públicos, ofreció su versión sobre la situación. “Los vidrios ya se habían cambiado, pero nuevamente fueron rotos por niños/adolescentes que dañan las instalaciones. Hace un mes aproximadamente también tuve que reemplazar un tablero porque lo destruyeron. Es una lástima”, afirmó.
En cuanto a los postes de luz, aclaró que “no pertenecen a la municipalidad; son del Centro Gaucho y se usaban para apoyar el techado de la cantina. Aunque no se van a caer, pueden molestar, así que me comprometo a retirarlos”.

Reflexión final
Es evidente que el polideportivo de Yala enfrenta una combinación de desafíos: la falta de mantenimiento adecuado y el daño constante provocado por actos vandálicos. Sin embargo, también se requiere un enfoque preventivo y comunitario que involucre a las familias y autoridades para proteger este espacio público esencial. La conservación de estos lugares depende tanto de una gestión municipal eficiente como de un compromiso social por parte de los vecinos y usuarios.
Este caso refleja la necesidad de encontrar soluciones conjuntas para garantizar un entorno seguro y funcional para todos.